Esta foto no tiene mucho que ver con arte, pero quería compartirla en el blog.
He sido durante mucho tiempo monitora de un grupo de post-comunión (voluntariamente), donde hacíamos todo tipo de actividades: gymkanas, teatros, conciertos, y lo mejor de todo, al final de curso un campamento. Esta es una foto del último campamento al que asistí, uno de los mejores, quizá por ser el último año que podía disfrutar de todos estos encantadores chiquillos.
Como veis éramos un grupo muy grande (solo los monitores éramos unos 30 o 35, los de azul marino en la foto). Los monitores éramos los encargados de preparar todas las gymkanas que se llevaban a cabo en los campamentos. Estábamos todo el día sin parar, con guerras de globos de agua y con mil historias. No se si habréis tenido alguna vez algún grupo de chiquillos a vuestra disposición, a los que enseñarles una serie de valores (independientemente de si se es religioso o no) pero para mi es una de las mejores experiencias que he vivido en mi corta vida. A veces nos "sacan locos" pero la alegría con la que se disponen a participar y ver que están aprendiendo algo bueno, recompensa muchísimo.
1 comentarios:
Lo cierto es que participar en proyectos así produce una enorme satisfacción personal... aunque sea enormemente agotador.
Publicar un comentario